En Macondo Todo es Posible

En esta región costera paradisiaca y tropical existen las leyendas macondianas que se convierten en  realidad mediante la combinación de lo fantasioso y lo real. Muchos autores de estas historias macondianas nunca pensaron que inescrupulosos le imprimieran un poco de malicia indígena y viveza para que sus obras maestras dieran resultados tan funestos.
Cuántas veces hemos escuchado decir de sitios donde llueven peces desde el cielo y efectivamente han llovido, y peces, lagartos, tortugas, aves y demás especies que traen el número de la buena suerte en sus escamas o en las patas o caparazón y lo apuestan en el chance y efectivo ese es el número ganador, preguntandose uno como suceden todas estas cosas que no tiene una lógica racional ni justificación divina, pero que en la ignorancia del pueblo queda grabado en su inconciente y todos apuestan a que algún día estos fenómenos cambien su nivel de pobreza o pereza.
En todo el país el negocio del juego de azar se ha desarrollado apuntado más que todo al juego del chance diario ya que es uno de las fuentes más lucrativas de este negocio, (las empresas tienen un ejército de personas que se usab como fortín político, no pagan prestaciones a los empleados, no les afilian a salud, etc.), ya que las grandes loterías han tenido que cerrar debido a la corrupción y los malos manejos que se han dado dentro de ellas al igual que en los entes fiscalizadores donde rampa la corrupción.
Muchos colombianos y esapecialmente costeños estan sumidos en la miseria mental debido a la cultura implementada por las grandes empresas del juego de azar, haciéndolo ver como la forma fácil de solucionar los problemas económicos cotidianos. Ya nadie en Cartagena quiere trabajar, no hay hogar de los estratos bajos donde no se juegue la bolita o chance hasta tres veces al día, pues los empresarios han creados sorteos por horas tratando de aumentar sus ganancias, Pues a la final ellos son los únicos favorecidos.
Son tan grandes las sumas de dinero que estas empresas manejan, que alrededor de las etapas licitatorias han surgidos innumerables problemas, incluso casos de homicidios, como el de la ciudad de Barranquilla por el cual hay empresarios del chance muy conocidos vinculados a este proceso. Ni que decir de los vínculos de paramilitares quienes manejaron y aun manejan este negocio a nivel local.
Puede usted imaginarse cómo será la reputación de estos negocios que para el caso de Cartagena han adoptado nombres como El perro, La Gata, el Ratón y hasta El Marrano; que nombres tan dicientes del objeto social que cumplen estas empresas que lo único que hacen es enriquecer a unos pocos a costa de la ingenuidad de la clase baja, pues en los estratos altos no son tan ignorantes.
Es tal la adicción a esta actividad que muchas personas no pueden pasar un día sin apostar al chance, incluso hasta se endeudan con los señores del “presta-diario” con la ilusión de devolver el dinero al día siguiente cuando ganen, juegan la plata de la leche del desayuno, la merienda de sus hijos y otros sencillamente hasta roban para poder apuntar el bendito chance nuestro de cada día.
Resulta increíble para el caso de Cartagena que una ciudad con un  desempleo del 12,2% y un subempleo del 27,6%, sus habitantes estén pensando solucionar su problema económico mediante una lotería o un chance, desconociendo en primer lugar que este tipo de juego está regido por  unas probabilidades de matemáticas (en caso que no sea manipulado) que solo apuntan a que quienes manejan el negocio  sean los únicos que ganen y en segundo lugar subestimar la capacidad de empleo que tienen en su zona industrial de Mamonal y en la actividad turística cuyos puestos son otorgados a personas del interior por un mejor aprovechamiento de las capacidades e influencias ya que los nuestros solo creen que el rebusque es la mejor forma de subsistir, pues ese subempleo no genera disciplina ni responsabilidad.
Cada día estas personas atrapadas en esta adicción caen más bajo en su condición y lo que más paradójico resulta es que a través del supuesto impuestos que pagan estas no muy ortodoxas empresas de chance, es con el que se financia la salud de los Colombianos (Que esperanzas?) quedando lo poco del botín recaudado a disposición de quienes heredan políticamente los entes de control  ETESA como ya está demostrado en Cartagena con el que está detenido en la Picota.
Ni que decir de los llamados casinos y maquinitas que pululan por toda la ciudad incluso en las tiendas de barrios donde los niños de estratos más bajos tienen acceso a estas “maquinitas paga monedas” (bazuco electrónico – por su capacidad adictiva) sin ningún control formado así los futuros delincuentes de nuestro país ante la mirada complaciente de las autoridades locales, regionales y nacionales ya que este sector es uno de los  grandes negociados que se manejan al momento de asignar estas licitaciones.
Bajo estas condiciones de pensamiento, cultura  y actitud mental es imposible pretender un desarrollo en nuestra sociedad que vaya acorde con las tendencias mundiales.